Muchas veces, durante el proceso de construcción y diseño de un curso e-learning, nos preguntamos lo que al usuario le gusta y no aquello que le disgusta.
Cuando realizamos un curso con la finalidad de capacitar a un público objetivo determinado, en muchas ocasiones lo primero que buscamos saber es qué es lo que quieren o esperan de él, para lo cual destinamos investigaciones, reuniones con los clientes, contacto con los usuarios finales, entre otras acciones.
Sin embargo, pocas veces nos cuestionamos qué es lo que no les gusta y cuáles son los factores o puntos críticos que podrían generar rechazo o la falta de interés hacia ellos.
A continuación te mostramos los 5 factores que pueden causar una experiencia poco grata entre los usuarios:
Cursos de pobre diseño
Los cursos e-learning no siempre vienen con un diseño estilizado, llamativo o intuitivo. Sabemos que crear un diseño de interfaz estético requiere una gran inversión económica y, por supuesto, de tiempo, pero eso no quiere decir que los cursos tienen que ser poco llamativos y aburridos.
De acuerdo a algunos estudios, los usuarios con frecuencia notan problemas en la calidad general de los materiales de los cursos. Ellos esperan algo más que un curso con mucho texto sobre un tema en particular y con algunos ejercicios cortos, ya que e pueden obtener el mismo conocimiento de un libro. Lo que buscan en un curso e-learning es un aspecto atractivo y profesional, que transmita credibilidad, además de que la información sea relevante.
Crear un diseño visual amigable y compatible con el usuario es la mejor manera de combatir esta situación. El diseño es una parte fundamental de un curso, ya que cumple con el objetivo de generar un interés inicial y establecer el tono del curso. Es clave desarrollar cursos que sean visualmente atractivos e interactivos, con la finalidad de motivar y comunicar. Los usuarios no quieren una pantalla llena de texto, por lo que se recomienda reemplazarlo con elementos más atractivos como diagramas, infografías, gráficos, imágenes poderosas, ilustraciones interactivas y videos, entre otros recursos visualmente más atractivos.
Cursos complicados y confusos
La frustración es el sentimiento que surge cuando no pueden alcanzarse metas. Los usuarios de e-learning, como cualquier ser humano, no quieren sentirse frustrados pues esto los lleva al fracaso y disminuye su voluntad de aprender.
Para evitar esto se debe mantener la estructura fácil de entender. Los usuarios necesitan estar ocupados trabajando con el contenido, no tratando de averiguar lo que se supone que deben estar haciendo. Un diseño simple, claro y lógico es la clave para un curso amigable con el usuario. Como ejemplo de esto tenemos la forma de lectura, las personas de forma natural suelen leer la pantalla de arriba abajo y de izquierda a derecha, por lo tanto, tendrá sentido que ordenar la información de esa manera. Agrupar los elementos relacionados juntos, e incluir un texto explicativo que acompaña a una gráfica determinada.
Un curso de e-learning bien diseñado, muestra a los usuarios dónde han estado y hacia dónde van. Una navegación centrada en el usuario y barras de progreso ayudan a mostrarles el camino a seguir. Adicionalmente, los cursos siempre deben comenzar con una serie de instrucciones sobre cómo utilizar el curso, cómo avanzar y cómo regresar. Deber ser fácil para los usuarios navegar a través de un curso, ya que no importa qué tan atractivo sea el contenido o innovador sea el diseño, si el curso no se puede navegar con facilidad o si no es accesible, los usuarios llegan a mostrar un nivel de desmotivación tan alto que simplemente cierran el curso.
Cursos restrictivos
Cuanto más restringido sea el curso, más oportunidades tiene de frustrar a los usuarios. Hay mejores formas de ayudar a la gente a aprender, especialmente a los usuarios adultos, quienes se guían así mismos en su aprendizaje y quieren controlar su ritmo en este proceso.
En este sentido habrá que darles más libertad. Se debe confiar más en ellos para que tomen control de su aprendizaje. Dejarlos elegir lo que quieren ver y cuando lo quieran, desarrollar un ambiente donde los usuarios puedan explorar el contenido a su gusto, de esta manera se mejorará considerablemente su experiencia de aprendizaje. Se puede proporcionar un orden sugerido, deberá permitirse que los usuarios tomen el curso en la secuencia que ellos prefieran.
Pérdida de tiempo
A los usuarios les interesa que la información en los cursos de e-learning sea directa, explícita e inmediata, o en otras palabras, sólo la información esencial en el momento justo. No quieren perder tiempo revisando el material que ya conocían previamente.
Lo primero es asegurarse de que se haya optimizado todos los elementos multimedia para una entrega efectiva. El equipo puede estar funcionando a un nivel óptimo, pero si la conexión de red es lenta, los usuarios van a criticar el curso por ser pesado y tener un tiempo de carga excesivo.
Una de las mejores maneras de permitir al usuario conseguir lo que necesita, mientras se evita lo innecesario, es evaluar el aprendizaje de manera inmediata. Si saben la respuesta, pueden continuar y obtener alguna realimentación; pero, si contestan de manera errónea, aparecerá el material de la lección.
Información sin sentido
Muchas veces, los cursos de e-learning están cargados de información poco interesante. Pueden tener mucho estilo, pero en realidad no enseñan. Esto frustra a los usuarios y provocan que ellos no se interesen por tomar un curso de éstas características. La relevancia en la información es, por mucho, el principal motivador en el éxito de una sesión de e-learning: cuando el contenido es significativo para el público, ellos se interesan por el curso.
Habrá entonces que evitar cursos que aporten poco valor para el usuario. En muchos casos, los cursos e-learning no tienen objetivos claros y medibles en cuestión de aprendizaje. Cada curso debe tener un objetivo específico y el contenido debe centrarse en el cumplimiento del mismo. Si el contenido no contribuye al objetivo, entonces puede omitirse. Para la construcción de un mejor curso, el enfoque debe estar siempre puesto en el cumplimiento de los objetivos.
En cada paso del curso, se debe analizar cómo el contenido afecta directamente al usuario. Si los usuarios no están seguros de hacia dónde se dirigen o no encuentran sentido a lo que están haciendo desde el principio, es probable que no respondan al curso. Se recomienda crear cursos que se relacionan o se apliquen directamente a las necesidades percibidas del usuario, para que sean oportunos y adecuados para sus actividades cotidianas laborales.