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Para evaluar si una persona es apta para ocupar un puesto dentro de la empresa, los reclutadores observan las habilidades blandas y duras que los aspirantes dicen tener pero, ¿a que se refieren estas habilidades y como se diferencian unas de la otras?

Las habilidades duras o «hard skills», son aquellas se pueden enseñar y que por lo tanto son fáciles de cuantificar.

Estas se adquieren en el salón de clase, cursos, durante una capacitación empresarial, así como en el trabajo diario.

Ejemplos:

  • Dominar otro idioma
  • Obtener un título o certificado de especialización
  • Programación computacional
  • Operar maquinaria

Debido que son cuantificables, estas habilidades son las más fáciles de identificar por parte de los reclutadores, por lo que se colocan primero dentro del currículum.

Por otra parte, las habilidades blandas o «soft skills» son más subjetivas.

También conocidas como habilidades sociales o habilidades interpersonales, están comprenden la forma en que las personas se relacionan o interactúan con otras.

Ejemplos:

  • Facilidad para comunicarse
  • Flexibilidad para adaptarse a un entorno
  • Liderazgo
  • Motivación profesional
  • Paciencia
  • Persuasión
  • Resolución de Conflictos
  • Trabajo en Equipo
  • Ética Laboral
  • Manejo del tiempo

Como mencionábamos anteriormente, la principal diferencia entre las habilidades blandas y las duras, es la dificultad para demostrar con evidencia concreta que se poseen.

Es fácil demostrar el dominio de un idioma, o la destreza para la programación compartiendo el título o certificado que nos avala como expertos en el tema.

¿Pero como podemos mostrar el grado de ética laboral que tenemos? Solo mencionarlo no es suficiente.

Se recomienda que, para demostrar tus habilidades blandas, dentro de tu currículum no las colocas de manera aislada, también incluye ejemplos significativos de como las aplicaste.

En la actualidad, las empresas se fijan cada vez más en los aspirantes que cuentan con ciertas habilidades blandas, debido a que se convierten en grandes adiciones a su fuerza de trabajo, y por que las habilidades duras que les lleguen a faltar, pueden capacitarse ya dentro de la organización.

Al final del día, ambos tipos de habilidades son valiosas, por lo que se recomienda no descuidar ninguna de ellas y continuar capacitandose de manera integral.

Fuente: The Balance Careers

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